viernes, 23 de enero de 2015

La justicia de Dios protege al bueno, también castiga al malo. La Biblia tu historia


Busquen al Señor, todos los humildes de la tierra,
    los que han puesto en práctica sus normas.
Busquen la justicia, busquen la humildad;
    tal vez encontrarán refugio
    en el día de la ira del Señor.   Sofonías 2:3


A Sofonías le toca continuar con el tema desagradable para muchos del “día del juicio de Dios”.  Muchos incluso no creen  en estos libros, porque dicen que un Dios de Amor no haría nada en medio se su ira….  Pero como cuando leemos el antiguo testamento y libros como el de Habacuc y Sofonías nos hacen ver que  parte de la justicia de Dios es la abolición completa de la maldad, y ello implica acciones de verdad temibles.

Sofonías quiere decir cuando menciona la palabra refugio  “oculto en el Señor”  y seguramente lo que sucedió con este hombre y muchos otros profetas de Dios, fue que en medio de tanta maldad y corrupción existía un remanente al cual pertenecen todos los que son fieles al Dios a pesar de las circunstancias y adversidades. 
El  versículo  muestra como no puede haber una verdadera justicia si no se premia a los buenos y por supuesto se castiga la maldad.  En este sentido es claro ver que la justicia de Dios esta hecha para perseverar en la bondad, para proteger a sus escogidos; es  como las leyes terrenales, si vemos por que han sido promulgadas, no es para castigo de los malos sino para protección de los ciudadanos que hacen el  bien; lo que sucede, es que no miramos a fondos los propósitos de cada cosa.

En mas de 20 ocasiones leemos en el libro de Sofonías expresiones como “el día de la ira de Dios”, “día de ira aquel día”,  “el día del Señor” y habla de destrucción y de furor con tanta dureza que no se había descrito antes en ningún otro libro.  Por eso debe ser uno de esos libros impopulares de la Biblia, pero que es importante conocer para protegernos de lo que nos aparta de Dios.

Lo realmente hermoso es que el juicio a las naciones trae consigo a la restauración y el gozo que experimentará el remanente de Israel, porque será fiel: 
Sofonías 3:13 El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice. 

Y aquí una vez más queda expresado como El que ama a Dios aborrece lo malo y lo quita para siempre; lo mismo hacemos nosotros cuando algo que atenta contra la vida de nuestros seres amados implica una amenaza, por lo que tratamos de erradicarlo de nuestras vidas, para evitar accidentes (un arma en casa, cuchillos cerca a niños pequeños, una serpiente suelta en el jardín,  una infección que debe ser atendida inmediatamente, etc.)

Si somos conscientes de esto, estaríamos atentos a la voz de Dios para saber que lo que trata de hacer es alertarnos, y enseñarnos como debemos andar en sus caminos, dejando la autocomplacencia y oyendo nuestra propia voz para tranquilizar nuestra conciencia o alimentar nuestro ego…. Y eso equivoca nuestro camino hacia Dios.  El nos quiere apartados para Si, buscando la santidad diariamente; nosotros solos no podemos, pero con Cristo si podemos porque El es quien nos fortalece. 
Puede que la ira de Dios no este determinada para sus hijos y quienes le hayan sido fieles, pero eso no nos da derecho a vivir bajo nuestros propios deseos y preceptos.  El bien es uno solo, así como la verdad; no hay relatividad en ello, porque eso es lo que ha corrompido a tal grado nuestra mente y sociedad.  Dios nos puso a elegir entre el bien y el mal entre la vida y la muerte, pero también  nos recomendó  elegir el bien… es nuestra decisión, pero debemos saber que la justicia de Dios es inmutable y se debe cumplir, para que ella sea perfecta e inquebrantable.  La justicia de Dios abomina la maldad… así como nosotros deberíamos hacerlo también.


viernes, 9 de enero de 2015

En el momento que parece el  más oscuro de tu vida

Así parece que nos encontramos cuando la angustia toca nuestra puerta y a veces entra para quedarse por una temporada. 
Hace algún tiempo me gustaba escribir enfocándome a aquellas personas que nunca habían escuchado una palabra acerca de Dios; ahora, nuestra iglesia y los seres humanos que la conformamos estamos tan abatidos y confundidos, que escribo para alentarnos  unos y a otros, porque los sentimientos son los mismos, creyente o no creyente.  Y es que si algún día le dijeron que si aceptaba a Cristo en su corazón iba a caminar en la tierra del nuca sufrir, déjeme decirle querido herman@ que le mintieron.  No es cierto… mientras estemos en esta vida, estaremos pasando por dificultades y batallas que no tendrán su fin hasta el día de nuestra muerte.  No se trata de abrazar un panorama desconsolador y existencialista; se trata de estar preparados como cuando los ejércitos lo hacen para una guerra especial o como simple entrenamiento para cuando aparezcan los periodos de ir a la guerra.  Nuestra vida es una carrera de obstáculos una escuela sin fin, una lucha interminable… y lo mejor para conseguir los logros sea que se batalle, se estudie, se participe para ganar, es llegar a la meta y de la mejor manera.  Por eso y para eso nos preparamos día a día.
El hombre es un ser tripartito y como tal, debe atender sus tres instancias para que este equilibradamente apto para estos ejemplos que puse.  Un cuerpo sano en mente sana y espíritu vivificado.  Desatender uno de ellos nos lleva a enfermedad y  muerte, en cualquiera de estas tres áreas:  un intelecto mal alimentado genera pensamientos que se convierten en hábitos inadecuados que conducen a una vida de desastre,  vicios, aberraciones, malos pensamientos, maldad,  producida cuando  a la mente le hemos dado rienda suelta y ella no esta conectada con el Espíritu Santo para que sea guiada adecuadamente. 
Un cuerpo en mal estado, alimentado por carbohidratos, azucares, comida chatarra, sedentarismo, tabaco, alcohol, no puede sino desencadenar en un cuerpo enfermo, pesado, con alergias, cansancio, irritabilidad y mucho mas. 
Un espíritu que no este alimentado, es débil, triste, no participativo y queda sujeto a cuanta  influencia externa aparezca así no venga de parte de Dios. 

Entonces, estamos llamados a prepararnos, a cuidad cada una de estas áreas para poder actuar conforme a lo que determina una vida sana, equilibrada.

Entonces, alguien dirá:  bueno, yo como sanamente, hago ejercicio todo el tiempo y hago oración y ayuno en todo momento, porque me sobrevienen esta cantidad de aflicciones, ataques de pánico, ansiedad, tristeza, que parecerían el  resultado de una vida sin Cristo?  Bueno, le contestaría que también he padecido todas estas cosas que menciono y que mi amor por el Señor es grande, así como mi necesidad humana de encontrar respuestas.  Las he buscado en todo lugar, queriendo actuar en mis fuerzas, he leído a psicólogos, médicos, intelectuales tratando de dar explicaciones a estos asuntos, pero donde encuentro respuestas que tranquilizan verdaderamente mi alma es en La Palabra de Dios.  Y es que si la leemos frecuentemente, nos damos cuenta, sobre todo en los salmos, lo que tantos siervos de Dios, llenados completamente por el Espíritu Santo para hacer cosas sobrenaturales, matar gigantes, atravesar mares, pelear batallas donde la perdida era inminente, matar falsos profetas, salir libres de prisiones, experimentaron sucesos de terrible desfallecimiento y angustia. 

Asaf el salmista, cayo  en desesperación
 “… mi alma rehusaba el consuelo.” (Salmo 77:2). nada que le dijeran lo podía sacar de su condición. “… estaba yo quebrantado y no hablaba.” (77:4).

David estuvo angustiado
 Salmo 6: 2-8   Ten piedad de mí, SEÑOR, pues languidezco; sáname, SEÑOR, porque mis huesos se estremecen.   Mi alma también está muy angustiada; y tú, oh SEÑOR, ¿hasta cuándo?  Vuélvete, SEÑOR, rescata mi alma; sálvame por tu misericordia.   Porque no hay en la muerte memoria de ti; en el Seol ¿quién te alabará?   Cansado estoy de mis gemidos; todas las noches inundo de llanto mi lecho, con mis lágrimas riego mi cama.  Se consumen de sufrir mis ojos; han envejecido a causa de todos mis adversarios.   Apartaos de mí, todos los que hacéis iniquidad, porque el SEÑOR ha oído la voz de mi llanto.

 Elías se quiso morir
1 Reyes 19,4   Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Yavé, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.
Job deseo no haber nacido
Job 3,11-13  ¿Por qué no morí yo en la matriz, o expiré al salir del vientre?
¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que mamase?
Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría. Dormiría, y entonces tendría descanso.
Pablo perdió la esperanza
Ni siquiera el santo y devoto apóstol Pablo fue inmune a tales depresiones. El escribió a los Corintios, “… tribulación que nos sobrevino en Asia, pues fuimos abrumados en gran manera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida.” (2 Corintios 1:8).

Jonás  pidió la muerte
Jonas 4:1-3 Pero Jonás se disgustó en extremo, y se enojó. Así que oró a Jehová y le dijo:
—¡Ah, Jehová!, ¿no es esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis, porque yo sabía que tú eres un Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte y de gran misericordia, que te arrepientes del mal.  Ahora, pues, Jehová, te ruego que me quites la vida, porque mejor me es la muerte que la vida.
Y miren lo que dijo Jesús, el Hijo de Dios
Mateo 26:38
Entonces les dijo: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. 

Pretender que a ti y a mí que somos simples mortales envueltos en esta cotidianidad tan difícil no nos pasen estas situaciones  es un poco irreal y pretencioso. 

Siempre que estemos tratando de hacer las cosas bien para nuestro cuerpo alma y espíritu vendrá oposición de alguna de estas instancias.  Si empiezo una rutina de ejercicios, el cuerpo parece resentirse y negarse, pero al final, disfrutara de ese cambio que le energetizara y dará vigor; al cabo del tiempo,  será necesario para nosotros.  Comenzar una dieta sana implica desde dolores de cabeza, migrañas, sensación de hambre hasta mal humor y nerviosismo.   Si empiezo a estudiar algo o adquirir hábitos para aumentar mi intelectualidad, me produce cansancio, fatiga, sueno, ganas de no seguir.   Lo mismo es en nuestra vida espiritual:  la oración, el ayuno, la alabanza siempre tendrá una resistencia que es de tipo espiritual, pero que si perseveramos, los resultados serán maravillosos. 

La angustia y tristeza aparecerá manifiesta en alguna de estas 3 áreas y por diferentes razones.  Pero el Señor que nos dejo su consolador en la tierra, su Santo Espíritu nos capacita para ser consuelo y soporte para otros.


Esta situación que tu vives le pasa a muchos, creyentes y no creyentes; no eres el único, pero la respuesta es la misma:  Jesús.  De nada sirven tratamientos, pastillas, ejercicios, lecturas, ayunos y oraciones si no estas disfrutando del descanso en nuestro Dios que todo lo suple.  El mismo te guiara a realizar las cosas de acuerdo a su voluntad, te sostendrá, será tu escudo como dice en  Génesis 15…  El esta contigo en cada uno de esos momentos duros que estas pasando.  No puedo medir tu dolor, ni compararlo con el mío tampoco, pero si es seguro que muchos pasamos por la misma situación en diferentes áreas, con diferentes nombres.  Nosotros tenemos que hacer algunas cosas como seres humanos, cuidarnoss, ejercitarnos, entrar en la presencia de Dios diariamente; pero El es el único que tiene las respuestas a cada caso particular y es El único para darnos el consuelo y la palabra que necesitamos.  Cuando nada te llena, cuando has probado de todo, y la luz parece estar ensombrecida por tanta tiniebla, recuerda que Jesús es el camino, La verdad y La vida, remuérdalo siempre, y no te olvides de sus fidelidades pasadas.  Así como te ha sacado de otras situaciones, te rescatara de esta.  El es el mismo ayer, hoy y siempre, no tienes por que tener miedo ni estar en angustia, Dios siempre te responde por inverosímil que esto parezca en  medio de el dolor.  Este es lo que tengo para ti en el día de hoy, funciona, es una realidad, puedes probarlo todo, pero solo te darán sanciones temporales.  El es el único que puede librarte de la angustia, el temor, el pánico, la desesperación.  Permítele hacer en tu vida así como ha hecho en la de millones de personas que han creído en su palabra, incluidos los héroes de la fe de Hebreos 12.  Son  nombrados aquí, a pesar de todos estos eventos en que sus almas parecían acabadas, destrozadas.   Pedro dijo como un deseo: Mas el Dios de toda gracia, que nos ha llamado á su gloria eterna por Jesucristo, después que hubiereis un poco de tiempo padecido, él mismo os perfeccione, conforme, corrobore y establezca. 1 Pedro 5:10.  Dios tiene un proposito para cada situación, incluso las que se revisten de dolor y tristeza; no olvides eso; El mismo nos perfeccionara y establecerá, después de este padecimiento que es temporal.  No temas, El Señor esta con nosotros…  Num 14:9