En el
momento que parece el más oscuro de tu
vida
Así parece que nos encontramos cuando la angustia
toca nuestra puerta y a veces entra para quedarse por una temporada.
Hace algún tiempo me gustaba escribir enfocándome a
aquellas personas que nunca habían escuchado una palabra acerca de Dios; ahora,
nuestra iglesia y los seres humanos que la conformamos estamos tan abatidos y
confundidos, que escribo para alentarnos unos y a otros, porque los sentimientos son
los mismos, creyente o no creyente. Y es
que si algún día le dijeron que si aceptaba a Cristo en su corazón iba a
caminar en la tierra del nuca sufrir, déjeme decirle querido herman@ que le
mintieron. No es cierto… mientras
estemos en esta vida, estaremos pasando por dificultades y batallas que no tendrán
su fin hasta el día de nuestra muerte.
No se trata de abrazar un panorama desconsolador y existencialista; se
trata de estar preparados como cuando los ejércitos lo hacen para una guerra
especial o como simple entrenamiento para cuando aparezcan los periodos de ir a
la guerra. Nuestra vida es una carrera
de obstáculos una escuela sin fin, una lucha interminable… y lo mejor para
conseguir los logros sea que se batalle, se estudie, se participe para ganar,
es llegar a la meta y de la mejor manera.
Por eso y para eso nos preparamos día a día.
El hombre es un ser tripartito y como tal, debe
atender sus tres instancias para que este equilibradamente apto para estos
ejemplos que puse. Un cuerpo sano en
mente sana y espíritu vivificado.
Desatender uno de ellos nos lleva a enfermedad y muerte, en cualquiera de estas tres áreas: un intelecto mal alimentado genera
pensamientos que se convierten en hábitos inadecuados que conducen a una vida
de desastre, vicios, aberraciones, malos
pensamientos, maldad, producida
cuando a la mente le hemos dado rienda
suelta y ella no esta conectada con el Espíritu Santo para que sea guiada
adecuadamente.
Un cuerpo en mal estado, alimentado por
carbohidratos, azucares, comida chatarra, sedentarismo, tabaco, alcohol, no
puede sino desencadenar en un cuerpo enfermo, pesado, con alergias, cansancio,
irritabilidad y mucho mas.
Un espíritu que no este alimentado, es débil,
triste, no participativo y queda sujeto a cuanta influencia externa aparezca así no venga de
parte de Dios.
Entonces, estamos llamados a prepararnos, a cuidad
cada una de estas áreas para poder actuar conforme a lo que determina una vida
sana, equilibrada.
Entonces, alguien dirá: bueno, yo como sanamente, hago ejercicio todo
el tiempo y hago oración y ayuno en todo momento, porque me sobrevienen esta
cantidad de aflicciones, ataques de pánico, ansiedad, tristeza, que parecerían
el resultado de una vida sin
Cristo? Bueno, le contestaría que también
he padecido todas estas cosas que menciono y que mi amor por el Señor es
grande, así como mi necesidad humana de encontrar respuestas. Las he buscado en todo lugar, queriendo
actuar en mis fuerzas, he leído a psicólogos, médicos, intelectuales tratando
de dar explicaciones a estos asuntos, pero donde encuentro respuestas que
tranquilizan verdaderamente mi alma es en La Palabra de Dios. Y es que si la leemos frecuentemente, nos
damos cuenta, sobre todo en los salmos, lo que tantos siervos de Dios, llenados
completamente por el Espíritu Santo para hacer cosas sobrenaturales, matar
gigantes, atravesar mares, pelear batallas donde la perdida era inminente,
matar falsos profetas, salir libres de prisiones, experimentaron sucesos de
terrible desfallecimiento y angustia.
Asaf el salmista, cayo en desesperación
“… mi alma rehusaba el consuelo.”
(Salmo 77:2). nada que le dijeran lo podía sacar de su condición. “… estaba yo
quebrantado y no hablaba.” (77:4).
David
estuvo angustiado
Salmo 6: 2-8 Ten piedad de mí, SEÑOR, pues
languidezco; sáname, SEÑOR, porque mis huesos se estremecen.
Mi alma
también está muy angustiada; y tú,
oh SEÑOR, ¿hasta cuándo? Vuélvete,
SEÑOR, rescata mi alma; sálvame por tu misericordia.
Porque
no hay en la muerte memoria de ti; en el Seol ¿quién te alabará? Cansado estoy de mis gemidos; todas las
noches inundo de llanto mi lecho, con mis lágrimas riego mi cama. Se consumen de sufrir mis ojos; han
envejecido a causa de todos mis adversarios. Apartaos de mí,
todos los que hacéis iniquidad, porque el SEÑOR ha oído la voz de mi llanto.
Elías se quiso morir
1 Reyes
19,4 Y él se
fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y
deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Yavé, quítame la vida, pues no soy yo
mejor que mis padres.
Job deseo no haber nacido
Job 3,11-13 ¿Por qué no morí yo en la matriz, o expiré al salir
del vientre?
¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a
qué los pechos para que mamase?
Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría.
Dormiría, y entonces tendría descanso.
Pablo perdió la esperanza
Ni siquiera el santo y devoto
apóstol Pablo fue inmune a tales depresiones. El escribió a los Corintios, “… tribulación que nos sobrevino en Asia,
pues fuimos abrumados en gran manera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo
que aun perdimos la esperanza de conservar la vida.” (2 Corintios 1:8).
Jonás pidió la muerte
Jonas 4:1-3 Pero Jonás se disgustó en extremo, y se enojó. 2 Así que oró a Jehová y le dijo:
—¡Ah, Jehová!, ¿no
es esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me apresuré a
huir a Tarsis, porque yo sabía que tú eres un Dios clemente y piadoso, tardo en
enojarte y de gran misericordia, que te arrepientes del mal. Ahora, pues, Jehová,
te ruego que me quites la vida, porque mejor me es la muerte que la vida.
Y miren lo que dijo Jesús, el Hijo de Dios
Mateo 26:38
Entonces les dijo: Mi alma está muy afligida, hasta el
punto de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo.
Pretender que a ti
y a mí que somos simples mortales envueltos en esta cotidianidad tan difícil no
nos pasen estas situaciones es un poco
irreal y pretencioso.
Siempre que
estemos tratando de hacer las cosas bien para nuestro cuerpo alma y espíritu vendrá
oposición de alguna de estas instancias.
Si empiezo una rutina de ejercicios, el cuerpo parece resentirse y
negarse, pero al final, disfrutara de ese cambio que le energetizara y dará
vigor; al cabo del tiempo, será
necesario para nosotros. Comenzar una
dieta sana implica desde dolores de cabeza, migrañas, sensación de hambre hasta
mal humor y nerviosismo. Si empiezo a
estudiar algo o adquirir hábitos para aumentar mi intelectualidad, me produce
cansancio, fatiga, sueno, ganas de no seguir.
Lo mismo es en nuestra vida espiritual:
la oración, el ayuno, la alabanza siempre tendrá una resistencia que es
de tipo espiritual, pero que si perseveramos, los resultados serán
maravillosos.
La angustia y
tristeza aparecerá manifiesta en alguna de estas 3 áreas y por diferentes
razones. Pero el Señor que nos dejo su
consolador en la tierra, su Santo Espíritu nos capacita para ser consuelo y
soporte para otros.
Esta situación que
tu vives le pasa a muchos, creyentes y no creyentes; no eres el único, pero la
respuesta es la misma: Jesús. De nada sirven tratamientos, pastillas,
ejercicios, lecturas, ayunos y oraciones si no estas disfrutando del descanso
en nuestro Dios que todo lo suple. El
mismo te guiara a realizar las cosas de acuerdo a su voluntad, te sostendrá, será
tu escudo como dice en Génesis 15… El esta contigo en cada uno de esos momentos
duros que estas pasando. No puedo medir
tu dolor, ni compararlo con el mío tampoco, pero si es seguro que muchos
pasamos por la misma situación en diferentes áreas, con diferentes
nombres. Nosotros tenemos que hacer
algunas cosas como seres humanos, cuidarnoss, ejercitarnos, entrar en la
presencia de Dios diariamente; pero El es el único que tiene las respuestas a
cada caso particular y es El único para darnos el consuelo y la palabra que
necesitamos. Cuando nada te llena,
cuando has probado de todo, y la luz parece estar ensombrecida por tanta
tiniebla, recuerda que Jesús es el camino, La verdad y La vida, remuérdalo
siempre, y no te olvides de sus fidelidades pasadas. Así como te ha sacado de otras situaciones,
te rescatara de esta. El es el mismo
ayer, hoy y siempre, no tienes por que tener miedo ni estar en angustia, Dios
siempre te responde por inverosímil que esto parezca en medio de el dolor. Este es lo que tengo para ti en el día de
hoy, funciona, es una realidad, puedes probarlo todo, pero solo te darán sanciones
temporales. El es el único que puede
librarte de la angustia, el temor, el pánico, la desesperación. Permítele hacer en tu vida así como ha hecho
en la de millones de personas que han creído en su palabra, incluidos los héroes
de la fe de Hebreos 12. Son nombrados aquí, a pesar de todos estos eventos
en que sus almas parecían acabadas, destrozadas. Pedro dijo como un deseo: Mas el Dios de toda gracia, que nos ha
llamado á su gloria eterna por Jesucristo, después que hubiereis un poco de
tiempo padecido, él mismo os perfeccione, conforme, corrobore y establezca. 1
Pedro 5:10. Dios tiene un proposito
para cada situación, incluso las que se revisten de dolor y tristeza; no
olvides eso; El mismo nos perfeccionara y establecerá, después de este
padecimiento que es temporal. No temas, El Señor esta con nosotros…
Num 14:9