miércoles, 19 de julio de 2017

Jesus es la garantia del nuevo pacto.



Jesús murió por nosotros y El fue garantía del pacto entre Dios y El, porque ninguno de los anteriores pactos se habría realizado con derramamiento de sangre. Lo que El hizo lo realizo sustituyendo nuestro castigo sobre El;  quien había aceptado  ser encarnado como hombre cualquiera siendo Dios, para pagar todas nuestras deudas de una vez y por siempre.  La necesidad de la muerte de nuestro Señor Jesucristo para el perdón de los pecados, porque Dios exigía la sangre de la vida, de la victima por el pecado.   Dios debe tener todo nuestro corazón, alma, mente, todo nuestro ser, toda nuestra sangre.  Nuestra vida recibe el pecado y se esparce como un veneno por todo nuestro ser y por eso debería ser castigado con la muerte misma.  Por eso debemos sacudirnos del pecado y debemos terminar con el antes de que el termine con nosotros.  El amor de Dios es tan maravilloso que debiendo castigar el pecado nos da a su mismo hijo para que muriera por nosotros; esto es lo mismo que se hubiera entregado El.  Nosotros somos rebaño de Dios que El gano con su propia sangre.  Dios muestra su amor para con nosotros porque puso fin al pecado.