martes, 30 de septiembre de 2014

1 Corintios 4
Versículo de Referencia
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

En este capitulo 4 de la 1 carta a los Corintios Pablo sigue exhortando a los creyentes de la forma en que deben caminar en la iglesia que el mismo había iniciado en ese lugar, por tanta confusión que había allí.  En los capítulos anteriores Pablo  ha especificado que no se puede colocar otro fundamento diferente de Cristo, y sobre El reedificar; dichas obras serán pasadas por fuego y saldrá a la luz su validez.  En este capitulo    se  nos muestra como El Señor es El único que puede juzgar todas las obras y las intenciones del corazón.  Habla Pablo que ni el mismo se juzga a si mismo,  por lo que no esta interesado en los juicios que las personas de este mundo le puedan hacer; el espera que El Señor le encuentre fiel en la predicación de ese evangelio al que fue llamado a compartir. 

En este punto es importante hacer referencia a nuestra iglesia actual y tener la humildad suficiente para poder discernir cual de estos puntos nos toca, a cada uno de nosotros como persona y a toda la congregación donde nos reunimos. 
Somos dados a juzgar y emitir nuestras opiniones siempre con una frase “ablandadora” que antecede lo dura que puede ser una crítica y lo injusta que puede ser la misma. 
Pocas veces nos damos cuentas que ciertos comentarios realizados en las iglesias y congregaciones están creando un clima de malestar y desunión que al final impedirán nuestro caminar en comunión con Dios y nuestros hermanos.   
Frases como yo tengo criterio, yo no soy un robot, yo tengo una mente que piensa, yo no soy bobo, tengo que decir lo que siento o pienso, eso no se debe hacer así sino de esta forma…  y tantas mas, crean un verdadero caos a la hora de trabajar en unión para la obra de Cristo. 
Sin lugar a dudas, los tiempos actuales nos muestran un panorama muy crudo en lo referente a la iglesia de Dios.  Los intereses económicos son los que priman, la asistencia preferente a aquellos que tienen mas dinero, desinterés completo por los hermanos de la comunidad, falta de atención a las viudas y huérfanos, cada uno sálvese como pueda… Todo eso es cierto, pero hay muchos interrogantes que solo pueden ser respondidos en la presencia de Dios, pues El es el único que puede juzgar completamente las intenciones del corazón del hombre. 
Hay actos que equivocadamente el hombre realiza tratando de agradar a Dios, de servirle fielmente.  Nuevamente la palabra de Dios dice que el que se siente firme cuide que no caiga. 
Cada inquietud que nosotros tengamos acerca de la iglesia o congregación que asistimos, debemos aclararla primero con Dios en nuestra oración diaria, para que lo que estamos expresando tenga el filtro de amor, comprensión, sabiduría que solo pueden provenir de Nuestro Señor.  Luego, El nos indicara que debemos hacer y cual es el orden de exponer nuestra inquietud:  apóstoles, lideres, mentores, en la pastoral personal, en el grupo familiar… Dios nos muestra el paso a seguir o en la misma iglesia le deben establecer un orden para hacerlo. 

En el momento en que nosotros empezamos a compartir una inconformidad con otros, estamos facilitando el camino para que esta información se convierta en chismes, habladurías, disensiones, y otras cosas peores.  Nosotros tenemos el Espíritu Santo y podemos discernir todas las cosas; pero ese mismo Espíritu nos da mansedumbre, hace que no nos gloriemos en nuestro conocimiento y obras, porque todo lo hemos recibido del Señor, no es de nosotros, sino, como dice Pablo, el mismo Dios nos los dio, por eso, cuidemos de como hablamos y juzgamos a los otros, porque eso es trabajo de Dios; miremos como hablamos y que decimos para que no estemos pecando de soberbios y orgullosos y así  no podremos realizar  el trabajo que nos fue encomendado hacer de llevar el evangelio a toda nación para salvación de las almas.  Lo que este mal, El Señor se encargara de corregirlo o El mismo te indicara el lugar donde debes estar en el momento preciso, ten paciencia, y misericordia al juzgar las obras de otros así  como la tienes contigo mismo. 

sábado, 27 de septiembre de 2014

 1 Corintios 3
Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.
 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.   1 Corintios 3:7-8

En este capitulo Pablo continúa  hablando a la iglesia de Corinto, y en los primeros versículos utiliza una frase que resume muy bien lo que esta sucediendo a sus miembros.  El les dice que no les habla como a “espirituales” sino como a “carnales”, como a niños en Cristo.  Si el les esta diciendo esto, es porque el tiempo transcurrido desde la conversión de cada uno de ellos, era el suficiente para que el les pudiera hablar en otros términos, como adultos espirituales.   Y aquí hace la clasificación del hombre en sus tres estados de acuerdo a su comportamiento:
-El hombre natural, aquel que no ha tenido un encuentro con El Señor y vive de acuerdo a sus parámetros:  el es el centro de su vida.
-El hombre espiritual, aquel que ha tenido un encuentro con Cristo y vive de acuerdo a los parámetros de Dios, quien ocupa el centro de su vida.
-El hombre carnal, aquel que tuvo un encuentro con Jesús, le recibió como Salvador pero no vive de acuerdo a sus parámetros y se comporta en algunas ocasiones como si fuera un hombre natural.

Esta clasificación Pablo la referencia para enseñar que lo primordial en nuestra forma de actuar es el servicio para Cristo.  Esta iglesia estaba teniendo muchos conflictos en cuanto unos se decían seguidores de Apolos  y otros de Pablo, quien les recalca la importancia de saber de quien son seguidores: solo de Cristo.  El es el que define los procesos de crecimiento y desarrollo de las iglesias, no los pastores, lideres, apóstoles… Es Cristo. 
Esto parece lógico de entender desde una perspectiva cristiana, pero no lo es  cuando vemos en la actualidad los caminos que equivocadamente toma la iglesia  y como se comporta ante los desafíos que plantean los tiempos actuales. 
En los versículos siguientes, Pablo menciona que no se puede poner un fundamento diferente a Cristo para constituir la iglesia, lo cual podríamos afirmar lo hacen la mayoría de las iglesias que se denominan cristianas, evangélicas, bautistas… todas coinciden en que el fundamento es Cristo.  Pero las obras que se construyen encima de esos cimientos, varían de tantas diferentes maneras como materiales de construcción existen:  madera, heno o paja, cemento, habla incluso de oro y piedras preciosas.  Todas estas obras serán pasadas por el fuego, y de ellas vendrán unas recompensas adicionales a la salvación recibida. 
La iglesia la conformamos hombres y mujeres cuyos cuerpos son Templos del Espíritu Santo; esto es, si nosotros somos templo del Espíritu Santo, lo primero que debemos ver es que este templo este bien fundamentado para formar parte de ese gran cuerpo que es la iglesia y así poder edificar conjuntamente la obra que hemos sido  llamados a realizar para el reino de Dios.  La responsabilidad es personal, la respuesta y servicio es para Dios ayudando a edificar el cuerpo de Cristo que es la iglesia. 
Las diferencias doctrinales entre una iglesia y otra no puede separarnos de nuestro fin principal que es ganar las almas para el Señor; si soy de esta iglesia o de otra, el tiempo que se pierde en defender las motivaciones y los caminos de su congregación puede ser utilizado efectivamente en compartir las buenas nuevas de Evangelio que es para salvación de muchos que viven sin Cristo y estarán condenados a una eternidad sin El. 
Enfoque, eso es lo que no podemos perder.  Cristo es el fundamento de la iglesia, nosotros formamos parte de su Cuerpo como iglesia, El como cabeza  es quien  guía y define nuestro andar como comunidad y nosotros sus servidores incondicionales, que trabajan duramente en llevar el evangelio a las naciones. 
Edificar con oro es costoso, duro, es una obra pequeña en dimensión, que requiere de mucho detalle y precisión,  pero resistente al fuego que probará cada obra.  Construir con heno o paja es liviano, fácil, se ven los resultados rápidamente, pero esta obra será consumida rápidamente por el fuego.  Construir con madera, es resistente, bella, requiere algo de conocimiento, pero terminara consumida por el fuego de todas formas.
Ahora nosotros, en que estamos construyendo?  Estamos pensando en una obra que perdure o que solo muestre resultados externos rápidamente?  Si soy un líder, pastor, apóstol, estoy interesado en mi redil, en las almas, o en sostener una empresa económica que me sustenta?  Si soy un servidor, lo hago para que me vean o dar la apariencia de buen siervo? 
A Dios no lo podemos engañar.  Todos comenzamos con nuestra vida cristiana de una manera apasionada e inocente, como niños… pero los afanes del mundo nos llevan sutilmente a servir a Dios con motivaciones equivocadas.  Estamos aquí en la tierra para trabajar para el Señor, por convencimiento, amor, devoción, no para los hombres, así desempeñemos trabajos seculares.  Todo es para honrar a Dios.  Cristo es la razón de nuestra vida, de nuestra iglesia, de nuestra religión si la quiere llamar de alguna manera.  Si no es así, estamos actuando como carnales y no como espirituales que es como Dios quiere que nos comportemos.


viernes, 26 de septiembre de 2014

1 Corintios   Capitulo 2

16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.


Es maravilloso y a veces intimidante saber que nosotros tenemos una mente poderosa y santa, esto es, apartada para Dios. 

La carta a los corintios fue escrita por Pablo a la iglesia que había nacido en Corinto, una ciudad caracterizada por su paganismo y adoración a muchos dioses.  Pablo, les quiere exhortar en cuanto a las confusiones que se han suscitado por la difusión de ideologías diferentes a las establecidas en su primer viaje misionero. 
Nada es muy distinto el día de hoy.  La iglesia de Dios  invierte gran parte de su  tiempo en discusiones ideológicas de dones, significados, interpretaciones y pierde de vista el objetivo principal de la iglesia y la palabra de Dios que es Jesucristo.  Pablo se centra en la persona de Jesucristo y expresa que su obra en la tierra, muerte y resurrección  es lo que debe acompañar cada mensaje para los nuevos convertidos. 
La Biblia por si misma no produce nada en los cristianos ni en ningún ser humano que no este dispuesto a recibir la revelación del Espíritu Santo; no obstante, el versículo dice que tenemos la mente de Cristo.  Si no le recibimos a El sinceramente, si nuestra oración de fe como la conocemos estuvo vacía y llena de formalismo o cumplimiento, no podrá producir nunca los efectos de una verdadera conversión.  Para ello, entender la obra de Cristo en la cruz es fundamental.  Este era el mensaje de Pablo y los primeros apóstoles; siempre repetían lo mismo; se centraba en los acontecimientos y las maravillas que durante la vida de Jesús se llevaron a cabo en la tierra; pero culminaban todos con la maravillosa noticia de la resurrección de Cristo después de una muerte cruel y dura y ese es el verdadero motivo de nuestra fe.  Nadie que no haya conocido de lo Cristo le libero,  podrá entender el mensaje de la cruz; ningún ser humano que se considere sin pecado, puede acercarse verdaderamente a Dios.  Recibir a Cristo, es recibir su perdón, su misericordia y gracia.  Es reconocer su santidad y nuestra miseria; es mirar nuestra debilidad y aceptar su poderío.  La palabra de Dios dice que el resiste al orgulloso y se necesita humildad para reconocer nuestras limitaciones y pecado.  La mente de Cristo esta llena de sabiduría, de perdón, de amor, de bondad, santidad… de todo lo bueno que  nuestra mente finita pueda imaginar.  La palabra de Dios dice que tenemos su mente, entonces la pregunta es… porque no la ponemos a funcionar correctamente si somos nosotros quienes tenemos dominio de ella?


jueves, 25 de septiembre de 2014

Dios nos da un regalo cada dia... debes estar atent@


Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
 a fin de que nadie se jacte en su presencia.

1 Corintios: 25-29

Septiembre 25/14