No Desmayamos
Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se
va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez
más excelente y eterno peso de gloria;
no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues
las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
2 Corintios 4:16-18
En algunas biblias le han puesto un título
que dice “viviendo por fe” al comenzar el versículo 7… Y es que aquí Pablo
escribe a la iglesia de Corinto animándoles a glorificar el nombre de Dios por
medio del testimonio personal. En el capítulo
3, había hecho una declaración maravillosa donde dice que nosotros mismos somos
carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu
del Dios vivo; no en tablas de pierda, sino en tablas de carne del corazón.
No podría sino exclamar Ohhhhh, que
gran declaración esa que hace el Apóstol Pablo de lo que ha hecho Dios con
nosotros. Toda esa antigua ley está
escrita en nuestros corazones por amor, en el sacrificio de Cristo, y nosotros
mismos somos unas cartas andantes… Podría imaginarse una persona andando con un
gran cartel como los anunciantes que promueven algún producto, pero donde ese
escrito fuera permanente y todos pudieran verle? Y fuera el mensaje de Dios
para nosotros??? Eso mismo es lo que
hace El Señor en nuestras vidas, nos hace nuevas creaturas, llenas de
confianza, de fe, de ánimo por vivir y nosotros les contamos a otros las maravillas que Jesús ha
hecho.
Esa creación nueva requiere de
muchos cambios, de sacar muchas cosas que han quedado depositadas en nuestras
mentes y que no nos ayudan a caminar por la senda nueva establecida cuando confesamos
nuestra fe en Dios. Por eso es que
cuando recibimos al Señor y después que Él nos ha consentido, atendido,
alimentado, como un padre o madre a su recién nacido, empieza a ver un normal
crecimiento y maduración en esa fe que hace crecer espiritualmente al ser
humano. Como cualquier proceso físico,
los niños preescolares luego adolescentes y después comenzando la adultez, se
enfrentan cantidad de tropiezos, cambios hormonales, confusiones, desacomodo,
inestabilidad, responsabilidades nuevas, que nos van haciendo crecer y madurar
sanamente si hemos sido bien guiados en el proceso. En la vida espiritual es lo mismo; no por
tener a Cristo en nuestro corazón los problemas se acaban y desaparece la frustración
en nuestra vida. Esos son componentes de
nuestro caminar por este mundo que ha sido confundido y va en pos de cosas
opuestas a nuestra espiritualidad y vida eterna. Pero el Señor mismo nos capacita, nos dio su
mente y cuando resucito nos dejó su espíritu Santo para que pudiéramos hacerlo,
no por nosotros mismos sino asistidos siempre por El.
Por eso, cada situación adversa que
se presenta y se presentara, la enfrentamos confiados en que así como ha
actuado en el pasado con nosotros Él lo va a hacer nuevamente. Recordemos cuantas cosas ha hecho Dios por
nosotros; y si todavía no tiene una historia que contar, dele la oportunidad de
actuar en su vida; de que pueda ver las cosas increíbles a las que hemos sido
llamados solo por creerle. El velo que
fue rasgado en el templo cuando Cristo murió, nos permitió ver la realidad de
una vida guiada por el Espíritu de Dios.
Su pueblo judío todavía tiene ese velo, ellos no han visto aun, pero les
será revelado algún día. Nosotros
tenemos ese maravilloso poder.
Nuestro caminar con Dios en el mundo
es una aventura con muchos obstáculos y tropiezos; pero la meta es real y esta
prometido para nosotros llegar a ella y disfrutarla; Dios mismo lo prometió. Por eso, como cuando Dios hablo a Josué y le repitió
en el primer capítulo de este libro 7 veces que se esfuerzara y fuera valiente,
así mismo Pablo le está recordando a la iglesia como a pesar de las
dificultades nosotros no desmayamos, porque nada se comparara a la gloria
venidera. Quitar nosotros los ojos de lo
que nos dice el mundo, la realidad de la enfermedad, del problema económico,
familiar, sentimental, y tener los ojos en Jesús, solo en El y lo que está
haciendo con nosotros, nos permitirá vivir en esta tierra con nuestros
sentimientos, voluntad, pensamientos puestos en El que no cambia, no muta, El que es el amor
mismo y la seguridad de nuestra salvación, en Cristo Jesús autor y consumador
de la fe.
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