sábado, 6 de diciembre de 2014

No desmayamos


No Desmayamos

Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.

Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;

no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

2 Corintios 4:16-18

En algunas biblias le han puesto un título que dice “viviendo por fe” al comenzar el versículo 7… Y es que aquí Pablo escribe a la iglesia de Corinto animándoles a glorificar el nombre de Dios por medio del testimonio personal.  En el capítulo 3, había hecho una declaración maravillosa donde dice que nosotros mismos somos carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de pierda, sino en tablas de carne del corazón. 

No podría sino exclamar Ohhhhh, que gran declaración esa que hace el Apóstol Pablo de lo que ha hecho Dios con nosotros.  Toda esa antigua ley está escrita en nuestros corazones por amor, en el sacrificio de Cristo, y nosotros mismos somos unas cartas andantes… Podría imaginarse una persona andando con un gran cartel como los anunciantes que promueven algún producto, pero donde ese escrito fuera permanente y todos pudieran verle? Y fuera el mensaje de Dios para nosotros???  Eso mismo es lo que hace El Señor en nuestras vidas, nos hace nuevas creaturas, llenas de confianza, de fe, de ánimo por vivir y nosotros les contamos  a otros las maravillas que Jesús ha hecho.   


Esa creación nueva requiere de muchos cambios, de sacar muchas cosas que han quedado depositadas en nuestras mentes y que no nos ayudan a caminar por la senda nueva establecida cuando confesamos nuestra fe en Dios.  Por eso es que cuando recibimos al Señor y después que Él nos ha consentido, atendido, alimentado, como un padre o madre a su recién nacido, empieza a ver un normal crecimiento y maduración en esa fe que hace crecer espiritualmente al ser humano.  Como cualquier proceso físico, los niños preescolares luego adolescentes y después comenzando la adultez, se enfrentan cantidad de tropiezos, cambios hormonales, confusiones, desacomodo, inestabilidad, responsabilidades nuevas, que nos van haciendo crecer y madurar sanamente si hemos sido bien guiados en el proceso.  En la vida espiritual es lo mismo; no por tener a Cristo en nuestro corazón los problemas se acaban y desaparece la frustración en nuestra vida.  Esos son componentes de nuestro caminar por este mundo que ha sido confundido y va en pos de cosas opuestas a nuestra espiritualidad y vida eterna.  Pero el Señor mismo nos capacita, nos dio su mente y cuando resucito nos dejó su espíritu Santo para que pudiéramos hacerlo, no por nosotros mismos sino asistidos siempre por El. 

Por eso, cada situación adversa que se presenta y se presentara, la enfrentamos confiados en que así como ha actuado en el pasado con nosotros Él lo va a hacer nuevamente.  Recordemos cuantas cosas ha hecho Dios por nosotros; y si todavía no tiene una historia que contar, dele la oportunidad de actuar en su vida; de que pueda ver las cosas increíbles a las que hemos sido llamados solo por creerle.  El velo que fue rasgado en el templo cuando Cristo murió, nos permitió ver la realidad de una vida guiada por el Espíritu de Dios.  Su pueblo judío todavía tiene ese velo, ellos no han visto aun, pero les será revelado algún día.  Nosotros tenemos ese maravilloso poder.

Nuestro caminar con Dios en el mundo es una aventura con muchos obstáculos y tropiezos; pero la meta es real y esta prometido para nosotros llegar a ella y disfrutarla; Dios mismo lo prometió.  Por eso, como cuando Dios hablo a Josué y le repitió en el primer capítulo de este libro 7 veces que se esfuerzara y fuera valiente, así mismo Pablo le está recordando a la iglesia como a pesar de las dificultades nosotros no desmayamos, porque nada se comparara a la gloria venidera.  Quitar nosotros los ojos de lo que nos dice el mundo, la realidad de la enfermedad, del problema económico, familiar, sentimental, y tener los ojos en Jesús, solo en El y lo que está haciendo con nosotros, nos permitirá vivir en esta tierra con nuestros sentimientos, voluntad, pensamientos puestos en El  que no cambia, no muta, El que es el amor mismo y la seguridad de nuestra salvación, en Cristo Jesús autor y consumador de la fe.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario