miércoles, 26 de noviembre de 2014

En contra de todos, en nombre de Dios.

En Contra de todos,  pero en el Nombre de Dios.

1 Samuel 17:45  Entonces dijo David al filisteo:
Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina; pero yo voy contra ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.
Esta historia de David y Goliat es muy conocida por todos desde que estamos pequeños.  Y si bien comprenderla con la sencillez de un niño alimenta nuestro deseo mas profundo de que el bien pueda vencer y los superhéroes sean personas comunes y corrientes como nosotros, cuando crecemos entendemos estas historias en su verdadera dimensión.   Aquí esta David, un muchacho de 16 anos aproximadamente, valeroso, sin temor de nada, pero confiado en las habilidades que había desarrollando como pastor de ovejas.  Si recuerdan el pasaje, Dios había enviado al profeta Samuel a ungir a David en la casa de su padre Isai, y Dios le decía a Samuel que ninguno de los hijos presentes en el momento iba a ser el ungido; entonces se vio obligado Samuel a preguntar por otro mas, entonces Isai le dice que solo quedaba su hijo menor el que apacentaba ovejas.  Contextual icemos la historia:  al parecer y ante una misión de tal importancia,  todos estaban a la expectativa de cual iba a ser el próximo ungido de Dios, y se hicieron presentes todos los hijos de Isai, que tenían formación  para la guerra y seguramente de grandes cualidades a los ojos humanos.  Pero Dios ya tenía su elegido conforme a Su corazón y no era ninguno de ellos.  Era el mas pequeño de los hijos, y quizás el mas débil, desvalido y tenido por menos, incluso por su padre que no le mando a llamar para la cena donde supuestamente debían estar todos sus hijos.  El resto de la historia la conocemos bien en 1 Samuel:16.   
Lo que paso en el valle de Ela, donde todo el ejercito de filisteos estaba armado y listo para pelear y donde el gigante paladín Goliat amenazaba por mas de 40 días al ejercito de Israel, pues exigía un contrincante que le diera su talla.  Otra vez y frente a todos los pronósticos, es David el encargado de tan arriesgada misión.  En los tiempos de David el ejercito de Israel y Juda alcanzo un numero de 1’300.000 hombres aptos para la guerra, recuerden que en oposición a Dios David los mando a Censar; No se cuantos de estos hombres estaban presentes en el momento de la batalla contra Goliat, ni cuantos serian los integrantes del ejercito Filisteo, pero debieron ser muchos:  600.000 de cada ejercito?  1’000.000? en todo caso eran dos ciudades enteras, tan grandes quizás  como la que tu habitas hoy, enfrentadas en una batalla.  Y de todo este inmenso numero de personas, solo UNO estaba completamente convencido de lo que podía hacer en el nombre de Jehová de los ejércitos… El enemigo se burlo de el, o sea que descartemos que siquiera hubiesen sentido temor por el… Pero de los Israelitas, tampoco había mucha confianza en este muchacho que tan valientemente se havia airado porque afrentaron el nombre de Dios. 
Es una inmensa confianza frente a todos los pronósticos, frente a una realidad terrible, innegable, destructora, aquí viene este muchacho confiado en el Dios de sus antepasados a librar la batalla que ninguno de los expertos se atrevió a hacer.  No tenia formación militar, pero sabia cuidar ovejas; no tenia armamento, pero usaba una honda con piedras; no tenia la seguridad de su entrenamiento, pero si la confianza en que Dios le podría dar la victoria.  Cuanta valentía y confianza en Dios… Ahora pensemos en lo que nos sucede diariamente a nosotros:  El medico dice que esa enfermedad es mortal, los especialistas lo confirman y la familia empieza a hacer los preparativos para suplir esa enfermedad.  Nos atrevemos a batallar?  Ese hijo rebelde que solo nos da malos ratos y vergüenzas, en la escuela lo reprueban, las autoridades dicen que es malo… podremos decir lo contrario? O nos rendimos en el otro lado de la batalla?  Ese esposo que no cambia, día a día nuestra vida matrimonial parece irremediable, todos ven los comportamientos de nuestro cónyuge, y nos animan a terminar la relación, y parece que ya no damos mas…los sicólogos dicen que no es sano para los niños ni para ti…. Nos atreveremos a confiar en El Señor para librar esta batalla?  Ese vicio que por largo tiempo parece ser el único compañero y la única distracción en este  mundo tan complicado, ya han habido 3 entradas a rehabilitación sin éxito, todos nos dan por perdidos… podremos ir contra el mundo y decirles que vamos en el nombre de Jehová de los ejércitos?
Los tiempos que vivimos no son fáciles, las luchas para todos los seres humanos son a muerte; cristianos y no cristianos  nos vemos sometidos a constantes enfrentamientos con las situaciones que a veces parecen insuperables… Pero Dios permitió que nosotros tuviéramos su Palabra para alimentarnos de ella y saber que en el nombre de Dios iremos a pelear cada batalla, así el resto del mundo se oponga y crea que estamos locos.  Esa es una fe inquebrantable, en Dios quien a través de su hijo Jesucristo nos dio el cumplimiento de todas sus promesas, “porque todas las promesas de Dios son en El Si, y en El Amen, por medio de nosotros, para la gloria de Dios” 2 Cor 1:20.



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